lunes, 22 de septiembre de 2014

Sin valor para salvarse (Relato corto)


El remordimiento era su despertador. Cada mañana de su angustiosa y triste vida, le arrancaba de los bellos sueños de su inconsciencia, arrastrándolo al cruento escenario de su existencia. Diez minutos, tan sólo, hasta que volvía a beberse otro primer trago de realidad.

En ese espacio de tiempo, tan sumamente extenso para quién quiere escapar de él, se le llenaba la mente de caminos: veredas esquivadoras de seres humanos, en la que ya tan sólo podía retener proyectos infructuosos, afectos desgraciados y situaciones adversas…, siempre adversas.

Y aunque las hubieron también congratuladotas y emotivas, el olvido se había apodera de ellas, encerrándolas donde casi era imposible llegar con su insuficiente ánimo. De cuerda corta, a mucha distancia de sus rugosas manos ancladas a la acera.

Mancilladas por el barro humeante de su mente indispuesta, ensuciando la felicidad que de ellas pudiera haber acumulado, tan sólo por guardarlas a destiempo.

Y tras esos escasos minutos, donde el alcohol se apropiaba de nuevo de su inexistente coherencia, notas y versos empapados se apoderaban de él, llenando de colores grises el más maravilloso de los días. Donde hijos, mujer, casa o simplemente su vida, se mezclaban con el vocabulario soez de la suciedad de los cartones donde dormitaba su desequilibrada voluntariedad.

Nada es tan grave o efímero a los ojos de un paseante anodino, como la visión de una vida malograda y que, además, ni siquiera desea el valor para salvarse. Y así pasó media vida Danilo Ruimán, antes de entregar a su única compañera de camino, la botella, su alma desvalida, a la que cantó cuanto recordaba de esa otra ya tras la obligada e impuesta cortina del desarraigo.

Danilo Ruimán compuso su vida
Por unas monedas cantaba su historia
Soñando en quedar, buscando una huída
Del río que arrastro sus días de gloria



1 comentario:

  1. Hay muchos Danilos, muchas almas desvalidas que se sumergen no solo en una botella, sino en otros aspectos que les alivia el alma.
    Saludos.

    ResponderEliminar