jueves, 14 de mayo de 2015

El largo viaje de tus lágrimas


La primera lágrima la forjó un beso,
furtivo, entre las sombras.
Un rumiado flirteo, unos ojos, una boca.

Asomada al balcón de los sueños,
inició su errático viaje.
Un sendero a lo incierto,
el clamor ingrávido del peaje.

Vuelve a empujar un compromiso,
una deuda concertada.
El resplandor de aquel anillo,
que era el inicio de la palabra.

Vagando por la mejilla,
muy despacio, caminó.
Colocada en su guía,
rumbo al amor.

Por un segundo se frena,
atajada por la duda,
El rumor de una aventura,
pero el descenso concatena.

En la comisura también titubea
es tan grande el precipicio.
El dolor de una larga espera,
y llegaron los hijos.

Por ellos también surca,
un breve espacio infinito.
La senda del proscrito,
donde una madre nunca disgusta.

Cuan distante el tiempo,
que al borde la llevó.
Casi cincuenta inviernos,
hasta que la muerte lloró.

El largo viaje de tus lamentos,
muchas huellas va dejando.
Y en el camino, resecando,
furtivos, atajados y sedientos.

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