martes, 28 de julio de 2015

Luz de luna


Cuando mi calma se pierde, la busco incesante.
En el agua insaciable, su beso no miente.
Y alzo el rostro encarando este lado,
invariable, anhelado, donde saciar acomodo.

Impertérrito el otro, nos esquiva huraño,
evitando su baño, de inaccesible Tesoro.

¿Dónde estás luz de luna, cuándo solo queda espacio?
Cuándo enquista el letargo, porque tu rostro se esfuma.

Y engaño al olvido,
y mis manos te imploran.
Tú, como juguete prohibido.
Tú, mi inalcanzable señora.

Tú, con tu rostro adolescente, abrupto e iluminado.
Tú, con las aguas enredando en nuestro presente.
Placida virtud como madre paciente.
Admirada y ferviente, es tu pálida luz.

Cuando mi calma se pierde, la busco impaciente.
Y espero somnoliente, volver a verte.
En las aguas tranquilas de este mar inacabado,
Pintas con agrado, sobre mis heridas.

¿Dónde estás luz de luna, cuándo solo queda espacio?
Donde queda un sabor amargo, como una vacía cuna.

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